Fundación Balms para la Infancia
Fecha 31/03/2025
El pueblo awajún es el segundo más numeroso de la Amazonía peruana y, al igual que el resto de las comunidades indígenas que habitan la mayor selva tropical del mundo, se enfrenta a múltiples amenazas. En los últimos años se ha producido una ruptura con sus formas tradicionales de alimentación, lo que pone en riesgo su salud y el equilibrio natural de su territorio. Desde inicios de año, trabajamos son SAIPE con el fin de mejorar las condiciones de vida de la comunidad de Urakusa y contribuir así al bienestar de sus comunidades.
El Servicio Agropecuario para la Investigación y la Promoción Económica (SAIPE) es un Centro Social de la Compañía de Jesús que promueve el crecimiento integral de las personas y la defensa de los derechos humanos. SAIPE nació hace 25 años como un espacio de diálogo entre los líderes indígenas y los jesuitas con la intención de encontrar alternativas productivas para los pueblos presentes en el distrito de Nieva.
La organización trabaja en el proceso de adaptación de los awajún y wampís a un contexto en el que se están dando grandes cambios culturales y políticos que amenazan sus derechos como pueblos indígenas. Además de impulsar la economía indígena, SAIPE se ha convertido en un referente en el acompañamiento a estas comunidades en sus procesos de lucha y resistencia social y política frente a las amenazas que surgen en el territorio.
Una población en riesgo
Las problemáticas que enfrenta la población local son variadas y están interconectadas. Más del 50% de la población del distrito de Nieva vive en condiciones de pobreza y sólo el 37% tiene acceso a agua potable. Lo habitual es que las familias dispongan de pequeñas chacras o parcelas dedicadas al monocultivo de yuca o plátano junto a otros 3 productos complementarios (como cocona, cacao o papaya). La muy escasa producción de estas parcelas les sirve apenas para cubrir sus necesidades básicas.
Asimismo, la contaminación de los ríos y la deforestación de grandes zonas de terreno para la producción de monocultivos de papaya o palma africana está afectando a la agricultura familiar, fuente principal de alimento, con un impacto directo sobre los hábitos alimenticios de la población. Se constata la falta de acceso a alimentos nutritivos y culturalmente pertinentes, debido a la reducción de terrenos destinados a la producción para el consumo familiar. A esto se suma la llegada de productos procesados, promovidos a través de programas sociales de alimentación, que están introduciendo alimentos no saludables en la dieta local.
Además, como consecuencia de las dificultades para la generación de ingresos, cada vez más personas se ven abocadas a la realización de actividades ilícitas, como el cultivo de coca para el narcotráfico o la minería ilegal, lo que contribuye a la contaminación del territorio. La zona es rica en recursos naturales (madera, oro, petróleo), y esto la convierte en un foco de interés del Estado peruano y empresas extractivas transnacionales. Las actividades de explotación de estos recursos, tanto de forma legal como ilegal, han impactado gravemente en el entorno.
Por otro lado, el deterioro generalizado de los ríos por la contaminación de sus aguas y la pérdida de fauna silvestre debida a los abusos a los bosques supone un gran riesgo para la seguridad alimentaria de las familias que viven en sinergia con la naturaleza, y las expone a abusos sistemáticos de derechos humanos.
Soberanía alimentaria para
A inicios de este año 2025 nos unimos a SAIPE con el fin de asegurar el derecho a la alimentación y el fortalecimiento de la soberanía alimentaria de la población Awajún de la Comunidad de Urakusa. Con este objetivo, a través de nuestro proyecto conjunto se promoverá la recuperación de técnicas agrícolas tradicionales y el cultivo sostenible de especies autóctonas que permitan el acceso a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados. Para ello, se trabajará en la mejora de las capacidades productivas y conocimientos técnicos de las mujeres y la población joven.
En este sentido, atenderemos a las principales problemáticas del entorno, poniendo el foco en la falta de acceso a alimentos nutritivos y culturalmente pertinentes debido a la promoción del monocultivo en el territorio, lo que ha provocado la reducción de terrenos destinados a la producción de alimentos para el consumo de las familias; a la entrada de productos de fuera y procesados a través del mercado, promovidos a través de programas sociales de alimentación; a los altos niveles de contaminación a causa de las fugas de petróleo, la minería ilegal y el uso de pesticidas y abonos no orgánicos; y por la disminución de carne de monte y pescado disponible.
Ante esta situación la intervención se dirige a la mejora de las capacidades de las personas (especialmente de las mujeres y jóvenes) en la diversificación productiva de las parcelas con productos de consumo tradicional y culturalmente pertinentes, así como a la promoción de crianza de animales menores, como aves, para dar acceso a proteínas de calidad y no contaminadas.
El fin último de nuestra colaboración con SAIPE es contribuir a lo que las culturas indígenas de América Latina denominan "buen vivir", entendido como una forma de vida que busca la armonía entre las personas, la naturaleza y la comunidad. Una visión que podría ser clave para el futuro de nuestro planeta.
El proyecto Promoviendo la soberanía alimentaria de la población Awajún es ejecutado por SAIPE y la Fundación BGI con la cofinanciación de la Cooperación Gallega (Xunta de Galicia).